¿Es malo el marisco para la digestión? ¿Se puede comer crudo durante el embarazo? Resolvemos las principales dudas que genera el consumo de marisco.

[Autor: David Remartínez]

 

¿Puedo chupar las cabezas de las gambas?

Y debes. Si has comprado buen marisco, es un placer incomparable. Por eso se usan para caldos. Eso sí, no abuses, como decíamos antes. Como con todos los placeres, el exceso pueden tornarse en dañino, en este caso por el colesterol, como pasa con las carnes.

 

¿El marisco provoca gota?

Si solo te alimentas de marisco, quizá. Pero nadie hace semejante barbaridad. La gota la provoca el descontrol del ácido úrico, que se produce por una dieta con muchas carnes, embutidos, vísceras, y también algunos pescados y mariscos. Pero, como decimos, si la ingesta es muy insensata. El marisco, por el contrario, es saludable como dieta cotidiana: tiene minerales, ácidos grasos insaturados y vitaminas.

 

¿Puedo comer el marisco crudo?

Claro. Solo tienes que congelarlo 24 horas. Y luego, a darle a sushis y ceviches sin ton ni son.

 

 

¿Engorda?

Pues no, porque no tiene grasas ni azúcares. Por el contrario, son muy nutritivos.

 

¿Puedo comer marisco si tengo anemia?

Claro, hazlo, sobre todo los moluscos. Te ayudarán a absorber el hierro en tu organismo.

 

¿El marisco es indigesto?

Todo lo contrario, es un alimento de fácil digestión. Antiguamente llevaba mala fama porque, hasta generalizarse las técnicas de refrigeración, no siempre se servía fresco. Actualmente, ya no sucede, o no más que con otros alimentos. Elige una buena pescadería o una buena marca de congelados, y disfruta.

 

 

¿Puedo comer marisco durante el embarazo?

Es incluso aconsejable, al contener vitamina E, antioxidante, y ácido fólico, que son necesarios durante la gestación.

 

¿Mejor cocido o a la plancha?

Cualquier animal a la plancha desarrolla otro sabor, por la conversión de proteínas y azúcares que crea el caramelizado. Es lo que se conoce como reacción de Maillard, el químico que la describió. Si quieres sabor intenso, a la plancha. Si prefieres suavidad, cocciones cortas en agua o vapor.

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