Una docena de vinos para hincharte a comer marisco
Os proponemos combinaciones fuera de lo habitual para elevar cualquier cena o tapeo al nivel que merecen unas buenas gambas o langostinos Grand Krust Champán y ostras es la imagen de la lujuria. Un ribeiro con pulpo huele a Galicia.
Os proponemos combinaciones fuera de lo habitual para elevar cualquier cena o tapeo al nivel que merecen unas buenas gambas o langostinos Grand Krust
Champán y ostras es la imagen de la lujuria. Un ribeiro con pulpo huele a Galicia. Un sauvignon blanc con sushi aparece como una de las recomendaciones fijas de cualquier revista o guía para maridar lo mejor del mar con la savia de las cepas. Sin embargo, el marisco se presta como pocos alimentos a la experimentación con vino. Vino y marisco se asocian con un efecto multiplicador, combinando sus perfumes y su frescura. Hay que mezclar sin complejos, probando, aprovechando que la actual industria vinícola ofrece miles de posibilidades para, al masticar unos langostinos o unos mejillones, elevarles el sabor con un buen trago de un vino que igual nunca habrías barajado.
Os proponemos una lista de maridajes que quizá nunca se os habían pasado por la cabeza, pero que sirven tanto para sorprender, en algunos casos, como para jugar sobre seguro. A cada animal le viene bien un vino según cómo se haya cocinado:
Mejillones con salsa. Una receta típica del taperío y de casa cuando no te quieres complicar mucho la vida, una salsa de tomate, quizá con un puntín picante. Prueba a trasegar esos mejillones felizmente embadurnados con un rosado, incluso con un cava rosado. En el primer caso, con El Aprendiz, un prieto picudo de la D. O. Tierra de León que aguantará el empuje de la salsa. Si quieres algo más festivo, cambia esa botella por una de cava rosado AT Roca Brut Rosat, de la D. O. Clàssic Penedès (una escisión de la denominación Cava). Si por alguna casualidad te gustan más los mejillones a la belga en lugar de con tomate, es decir, cocidos con nata, mantequilla, vino blanco y hierbas aromáticas, marídalos con el AT Roca Brut Reserva, que en su coupage mezcla las clásicas Macabeo, Xarel·lo y Parellada (21%).
Gambas o langostinos cocidos Grand Krust. Aquí sucede al revés, su suavidad requiere un socio de boca que se comporte elegante, sin invadir, con la discreción de un dandy joven. Poca gente conoce las fragancias de la garnacha blanca, una uva denostada durante décadas, con la que hoy sin embargo se elaboran vinos estupendos. Uno de ellos es La Miranda de Secastilla Garnacha Blanca, un Somontano de bodegas Viñas del Vero que, junto a los bocados del marisco, te animará a charlar con la misma soltura con la que muerdes el marisco.
Gambas y langostinos a la plancha Grand Krust. Ya que has hecho el loco con la sartén llenando la cocina de ricos efluvios, aprovecha mientras chupas cabezas para empujarte una buena botella de Jerez. Algo que se desvíe un poco de lo habitual, como La Bota 82 Manzanilla Florpower MMXV, del insuperable Equipo Navazos. Ya verás que ganas de cantar.
DESPIECE:
Maximino Rodríguez Marina, uno de los sumilleres más reputados de Asturias y pionero en trabajar con dicho título en nuestro país, nos propone tres combinaciones de marisco y vino imbatibles.
Langostinos o gambas Grand Krust
El Muelle De Olasso 2017. Bodega Luis Perez,100% Palomino. La revolución en Jerez, un vino para volver a la viña, con sabores tizosos y salinos.
Marisco cocido Grand Krust
Majuelo del Chirivitero 2017, I.G.P. Castilla León 100% Verdejo.
Suelo cascajoso y calizo, criado en barrica, crece en botella.
Para cualquier marisco Grand Krust
Laxarel A’ Pel Ancestral. Bodega La Sarel. D.O. Penedés.Una sola fermentación,empieza en ánfora(con pieles() y la termina en botella,vino natural.Tension,energía y garra.
¿Cuál es tu maridaje favorito para el marisco?